En la esquina de Olleros y Fraga, el restaurante y vinería de la sommelier Mariana Achaval y la cocinera Lorena Papasergio propone opciones de comida rica y vinos nada obvios a precios posibles. Ya se perfila como uno de los favoritos de Chacarita.

asta hace poco, en la esquina de Fraga y Olleros existía el restaurante Rita. Y antes de eso funcionaba Masamadre. Y antes, M. En ese templo del pan, todos los días Mariana Achaval preparaba brioche con paciencia de santa. Achaval cuenta que una vuelta, mientras amasaba, le golpearon la ventana. Era Carlitos Balá que hacía señas desesperadas para poder entrar y mirar el lugar donde en alguna época su padre tenía montada una carnicería. Balá ya no vive en Chacarita pero cada vez que puede vuelve al barrio como se vuelve al primer amor.

También allí volvió Mariana: la cocinera y sommelier docente en CAVE, socia de Valeria Mortara en la línea de etiquetas Bienconvino, abrió hace unos meses Alegra junto la cocinera Lorena Papasergio. Una talentosa que trabajó en 878, en Los Notros como chef ejecutiva y también comandó la propuesta del Restaurante Patagonia, en México.

La dupla de amigas gastronómicas decidieron darle formato de bistró a este local sin ínfulas. Mucha luz, pocas mesas y un público fiel que aquí encuentra siempre lo que vino a buscar. Comida simple con un twist interesante y vinos poco obvios para acompañar los platos. Focaccia rellena de vegetales asados, parmesano y aceitunas. Ciabatta con salame, ricotta, hierbas, tomate y olivas negras y otras simplezas que nunca fallan cuando se parecen a sí mismas.

El capítulo Nuestra cocina ofrece cuatro entradas –imperdibles las croquetas de morcilla con ensalada de verdes, peras asadas y almendras tostadas, uno de los platos más ricos de la carta– y cuatro principales, como la pesca del día en papillote, pastas, buenos ravioles de berenjena ahumada con Mascarpone (relleno inobjetable pero attenti con el grosor de la masa); bondiola braseada con duraznos asados, hinojos confitados, una combinación feliz.

De beber hay limonadas, licuados, cocktails, cervezas, sidra patagónica. Y como Alegra también es vinería, a los 120 recomendados de la carta se le suman las etiquetas de toda la góndola que se pueden probar pagando el descorche.

Alegra te da un alegrón, dicen Mariana y Lorena al servir los Alegrones: sándwiches de pan de miga tostados. Pueden ser de berenjenas a la parmesana; de cantimpalo y mix de quesos –riquísimo–; de jamón natural, fontina y huevos revueltos. Son el hit de los sábados bruncheros. Por ahora, ningún otro restaurante o bar hizo copy paste de esta ocurrencia, que de tan deliciosa puede tentar a más de uno.

De los postres, no perderse la paleta de limón con cobertura de chocolate ni la Torta de zanahorias alegres, una carrot cake de textura perfecta, tal vez especiada en exceso, satura el paladar. Pequeños detalles que se irán puliendo de a poco, esto recién empieza y se sabe que un restaurante alcanza su punto justo con el tiempo. Lo demás, la buena materia prima, la coherencia de la propuesta, la excelente relación calidad-precio y el clima de buena onda sin esnobismos, en Alegra están garantizados.

Datos útiles

Alegra Restaurante y Vinería. Olleros 3891, Chacarita. CABA. Tel.: 11 4554-4555. De lunes a sábados de 9 a 19. Principales tarjetas.
Además de los almuerzos, hay desayunos y brunch de sábado: viene con latte, café doble o té, copa de espumante y jugo de naranja. Yogurt, granola, alegrón de jamón natural, huevos revueltos, queso y ensalada de palta, mix de tomates, choclo, cebolla morada, hojas aromáticas. Más alfajor de maicena. ¡El 29 a la noche sale la ñoquiada!
Dato interesante: aquí se organizan degustaciones y clases específicas para profesionales y curiosos del vino.