Hay que llegar al final de un pintoresco recorrido en Cafayate, a unos a unos 1.800 metros sobre el nivel del mar, para descubrir Amalaya, la bodega del Grupo Colomé que desde el vamos sorprende con sus vinos jugosos, sus cortes poco convencionales y su buena relación calidad-precio. Allá lejos formó parte del portfolio de Colomé pero desde hace tiempo, Amalaya tiene vuelo propio.
El repertorio de vinos de Amalaya resume el carácter salteño aunque se trata de tintos y blancos menos estructurados, con mayor acidez y frescura que los que suele dar esa región. En los vinos de Amalaya hay bebibilidad. Y en los tintos o cortes con carácter, se perciben armonía, y elegancia.
Hace unos días, a propósito de la celebración del Malbec, nuestro emblema tinto, se presentó a Jorge Noguera, su nuevo enólogo, en Espacio Azaí, donde probamos un corte de carne Tomahawk con zapallo al rescoldo y berro de agua picantón. Perfecto para el Amalaya Malbec 2017.

Jorge no es nuevo en esta empresa, trabaja allí desde 2014, primero como Responsable de Calidad y desde el 2015 como Jefe de Producción.

Donald Hess promete más novedades a futuro mediato: la apertura de un Visitor Center para Amalaya, que se suma a la reapertura –que se concretó a fines del 2017– del alojamiento precioso con el que cuenta Colomé.

Muchos cambios para esta bodega que produce vinos bajo el sol y la luna de los Altos Valles Calchaquíes, en la adorada provincia de Salta.