8 de Marzo

Día de la Mujer

Cocinera exquisita, lectora incansable, maestra de maestrxs. En sus platos brilla la llama de sus poetas amados.

asta más joven me siento cuando cocino, suele repetir Beatriz Chomnalez, una de las cocineras de mayor prestigio del país. Maestra de cocineras y cocineros, y a días de cumplir 91 años, siempre estuvo convencida de la importancia del trabajo duro y perseverante.

Aprendió a cocinar en Paris a los cuarenta años, cuando en 1978 se trasladó con su marido y sus tres hijos, a la tierra de sus poetas preferidos:  Marcel Proust, Arthur Rimbaud y Charles Baudelaire. Gran lectora y estudiosa, Beatriz siempre recomienda leer, informarse y estudiar. Debutó como cocinera por casualidad en un pequeño restaurante de la Costa Azul.

“La gastronomía -dice Beatriz- es una manifestación de la cultura de los pueblos. Por eso Francia es una maravilla”. Hace unos cuatro años durante una entrevista sorprendió al público cuando recitó a César Vallejos: “Me moriré en París con aguacero, un día del cual tengo ya el recuerdo. Me moriré en París -y no me corro- tal un jueves, como es hoy, de otoño”. Es que la historia de Beatriz con Francia empezó muy temprano. A los cinco años ya decía palabras en francés.

Estudió en la escuela de La Varenne, para Beatriz, la mejor de la época. Y luego en la famosa escuela del Cordon Bleu. Cocinó con Hélène Darroze, Alain Ducasse, y Bernard Loizeau. Y de vuelta en “la Paris de América” empieza a dar clases de cocina a sus amigas, más tarde la Embajada de Perú la contrata para organizar una cena hasta que abrió una pequeña escuela de cocina. Hoy hace catering.

Maestra de maestrxs, siempre dice que enseñar le sale espontáneamente. “Trato de dar todas las técnicas y los platos de la cocina francesa. Que se hagan una foto con un sombrero y una chaqueta y que aparezcan en los diarios o en la tele no quiere decir que sean chefs. Somos cocineros.”

Creativa siempre, en 50 años de trayectoria nunca repitió un menú. Dice que “lo espontáneo es fundamental pero también la cocina es conocimiento de la técnica y de la seguridad alimentaria».

El año pasado, para el día de la mujer trabajadora, diecinueve chefs de nuestro país se reunieron para homenajear a Beatriz, también abuela de Lola, la joven argentina de 15 años, víctima de un femicidio un verano en Uruguay.

Y a pesar de semejante dolor, Beatriz sigue con sus fuegos y su amor a letras porque, dice, “las flores del mal de Baudelaire tienen que estar en cada plato.”

*Este texto fue publicado en el IG del colectivo feminista MIGA (Mujeres Impulsoras de la Gastronomía Argentina). @migacolectivo