
Los militantes de los blancos, felices. Volvieron con todo, en su rica diversidad, con sus identidades inconfundibles. Y al mezclarlos se obtienen resultados asombrosos.

A la hora del asado, cualquiera de estos vinos complejos y al mismo tiempo frescos y afilados, con varias capas en sus texturas y aromas, acompañan maravillosamente ciertas achuras, como las mollejas, los chinchulines de cordero de Don Julio, las morcillas y también algunos cortes de cerdo o de cordero. Y por supuesto todos los platos de la cocina asiática, boom en los barrios porteños.
Conviene recordar también unos de los mejores blancos de Argentina: Susana Balbo Signature White Blend, que incluye Torrontés, Semillón y Sauvignon Blanc. Nada mejor para un auténtico brie, las ostras de Crizia, o el foie de Maxi Matsumoto en Aldo’s. Otro pionero en blends blancos: Gran Lurton de la Bodega Piedra Negra, con su corte friulano: Tocai friulano (Sauvignonaisse hay que llamarla, según el INV), Pinot Gris, Chardonnay y toque de Torrontés del Valle de Uco, ya reconocido como entre los mejores en este estilo. ◉