Pedro Staurino Bargero se mueve como pez en el agua en la cocina vidriada, ahora libre de la pared que la separaba del salón. Al chef de Chila no se le escapa nada pero no le gusta contarlo. Tampoco detenerse en su trayectoria o describir con obsesividad yoica sus platos. Este grandote por tamaño y por talento, prefiere que su comida hable por sí misma.

Bargero estudió en The Bue Trainers. Dio sus primeros pasos profesionales en La Bourgogne de Punta del Este. Después se fogueó con Alex Atala en D.O.M., San Pablo. Más tarde en Mirazur, el restaurante con dos estrellas Michelin que Mauro Colagreco tiene en Menton; y finalmente en David Toutain, París.
Al terminar su periplo, lo convocaron para ser el jefe de cocina de Chila, el restaurante de Andrés Porcel, y este año, aunque corría con la ventaja que daba ser un hombre de la casa, a Pedro le tocó la tarea difícil de reemplazar a la más linda o bailar con la más fea: sostener el camino que durante diez años Sole Nardelli había trazado con pasión en este restaurante y además aplicarle su impronta. Bargero salió airoso del desafío. Sus dos menús de 7 pasos hacen pie en un manejo afilado de las técnicas al servicio de los mejores productos de la tierra y el mar, siempre de estación. Mucho sabor y poca cháchara gourmet.

Desde los aperitivos, como el paté de ñandú con polvo de ajo negro que fue furor en la feria Masticar 2017, o el caldo de nabo con estragón, queda clara la apuesta por la simpleza y la síntesis. Sumada a un atractivo juego de sabores y de texturas y una creatividad que se profundiza en los principales, como la manta de calamar con yogurt y pistachos. La merluza negra con pil pil de almendras (se comen hasta las espinas crocantes, un ejemplo de cómo aprovechar el máximo la materia prima). O el dedo de comisario, nombre fulero para esa carne tan rica que queda entre las costillas del bife. Vaca argentina criada a pastura, como debe ser.
Cada plato se potencia con los vinazos que sugiere el flamante sommelier, José Iuliano, ex Mirazur: el Tukma 2014, un Sauvignon Blanc de Jujuy; el Semillón de Riccitelli 2015; o el San Pedro de Yacochuya 2008.
Hay postres, como el soufflée de yemas, vainillas, leche evaporada, manteca y canela. Pero también están los quesos de Mauricio Couly y de La Suerte para los menos golosos. Un final abierto en el menú de este Chila reloaded, con nuevos aires, servicio impecable y detalles que marcan la diferencia.

Alicia Moreau de Justo 1160, Puerto Madero.
Tel: 4343-6067. De martes a domingo sólo por la noche. Principales tarjetas. Precio: vale lo que cuesta.