
Frutas del árbol de la ciencia del bien y del mal, los romanos las comían en busca de la inmortalidad. Fueron obsesión de Afrodita, tentación de Eva. En pastelería son reinas absolutas. Desde la Tatin hasta el crumble, desde el Strudel hasta el Applepie. Nunca fallan. Jugosas y frescas, están en su mejor momento. Otoño es tiempo de manzanas. Es hora de pegarles un mordisco.
En la Argentina, la mayor producción está en el Alto Valle de Río Negro y Neuquén. Entre las variedades que se consiguen en el país: Granny Smith (verde), Golden Delicious (no tan común en nuestro país), Rome Beauty (redonda y chata, ideal para hacer al horno, Pink Lady (agridulce y crocante) y la Fuji (se la llama bicolor). ¿Cómo elegirlas? Hay que darlas vuelta, mirar el hoyito inferior y si la piel tiene todavía tintes verdes, es señal de que la fruta está fresca.
La Malus doméstica, Rosaceae (manzana) es una de las frutas más antiguas del planeta. Crece en todos los continentes y tanto en América como en Europa ocupa un lugar preferente en el gran cesto de las frutas.
Según los ingleses An apple a day keeps the doctor away. No es para tanto, pero es verdad que la manzana tiene yodo, vitaminas A, B6 y C; calcio y potasio. Sus ácidos y su pectina regulan la glucosa en sangre. Es desintoxicante. Rallada, es un eficaz método contra la diarrea. Y sobre todas las cosas, es riquísima. Las mejores, en Argentina, se cultivan en el Alto Valle de Río Negro. Las de Mendoza también tienen lo suyo.
Si las van a consumir frescas, conviene elegir frutas consistentes, jugosas y crujientes. Las más dulces, como la Red Delicious o la Golden Delicious, van mejor en soufflés y ensaladas: un ejemplo, , rodajas finas de manzanas y peras, nueces, endibias o lechuga. Las verdes, más ácidas, como las Granny Smith, son ideales para tortas.
.