El mapa de la
empanada argentina

Recorre el país de punta a punta, de norte a sur, de este a oeste. Cada provincia tiene sus versiones y sus argumentos. Aquí, una cartografía de esta comida nacional que a todos nos pierde. Compartimos 5 opciones caprichosas de buenas empanadas en Buenos Aires.

Publicado por  | Jul 11, 2023 |  |     

ay que decirlo la empanada es un invento extraordinario. La palabra viene de empanar: algo tan simple como encerrar carnes, pescados, verduras, aves o frutas en una masa o pan, apto para conservar, transportar y comercializar alimentos. Cada cultura en el mundo tiene sus panes y sus empanadas, en Este y Oeste, antes y después de Cristo sus huellas están en todos lados. 

Esta comida representa nuestra gastronomía tradicional, recorre todo el país y tiene muchas versiones, muchos rellenos, muchos caprichos. Tantos como sus provincias. Hay de carne, de pollo, de cordero, de pescado: la mejor es la que más le guste. Eso sí: nunca es una preparación solitaria: se cocina de a docenas en fiestas populares, en restaurantes y en celebraciones domésticas. Cualquier excusa es buena para comerlas.

Una historia y mil relatos

El camino de la empanada es el del mundo árabe, de su influencia en España, el de los conquistadores y de los peregrinos. Nuestras empanadas y las de toda la región derivan de esas versiones españolas y de Medio Oriente. Aunque es una marca de identidad nacional, las diferentes regiones de Argentina amasan su propia receta, con sus ingredientes, sus costumbres. Y sus discusiones. El genial pianista Enrique Mono Villegas decía que es difícil que nuestro pueblo se ponga de acuerdo cuando en este país cada provincia jura que como su empanada no hay otra.

La empanada encierra la complejidad de lo simple. Sus claves: buenas materias primas, sazones felices, manejo justo de las técnicas –amasado, sancochado, corte, repulgue, fritura, horneado– y fidelidad a las tradiciones que la envuelven. 

La empanada es perseverancia del amasado, perfume de especias, precisión de los dedos en el repulgue, el crepitar del fuego en el horno a leña o la música alegre de la fritura. Y siempre, una expresión de la tierra. En el NOA le agregan papas y puede llevar carne vacuna cortada a cuchillo o charqui. En cambio, las típicas tucumanas son de matambre. Es costumbre en el NEA la masa hecha con mandioca. Las aceitunas están presentes en las cuyanas, riojanas y puntanas; el morrón, en las del Litoral. Las de Cuyo tienen mucha pero mucha cebolla. A los cordobeses y santafesinos les gustan dulzonas, por eso las espolvorean con azúcar. Los bonaerenses las prefieren de tamaño más grande.

De todas las variantes, cada familia tiene su propia versión.

  • Qué es la empanada: un alimento encerrado en una masa. Un bocado portátil que sirve para transportar, conservar alimentos y comerlos con la mano. Su origen se sitúa entre la Mesopotamia asiática, Siria, Turquía, Irán, Persia. 
  • La empanada, como el alfajor, vino de lejos y acá se convirtió en otra cosa. Nosotros la argentinizamos, la hicimos nuestra.  Se calcula que cada argentino come más de 100 empanadas por año. 
  • Cada provincia tiene su versión y su pulseada, cada una piensa que la suya es la mejor. Sarmiento dijo una vez durante un almuerzo en Tucumán que celebraba la llegada del ferrocarril, que no había ninguna como la sanjuanina y el revuelo fue notable, porque en aquella reunión había jujeños, salteños, mendocinos… Tuvo que desdecirse.
  • La empanada salteña tiene su día: el 4 de abril, la fecha coincide con una ordenanza de Güemes que disponía de un presupuesto para pagarle empanadas a las tropas que en 1820 llegaban a Salta desde Tucumán. 
  • Hay fiestas de la empanada, como la de Famaillá, y en 2019 se creó el concurso federal de la empanada. En aquel momento salió ganadora la mendocina Chacha Vicario. Otro certamen importante es el municipal de la empanada salteña: 33 empanaderas compiten por el primer puesto y también comparten ese saber que no se aprende en ninguna escuela. 
  • Durante Semana Santa se consumen las de vigilia, de hojaldre y rellenas de atún. 
  • También hay versiones dulces llamadas empanadillas en el norte del país, hechas con dulce de membrillo, de batata o dulce de leche. 
  • Y están las árabes, abiertas o con forma de triángulo. Son de carne y llevan limón en su relleno.

Provinciana y argentina

  • Salteñas: Son pequeñas y jugosas, tanto, que hay que abrir las piernas para no mancharse. El relleno (recado) lleva roast beef (sobaco) cortado a cuchillo, papa hervida, cebolla blanca y de verdeo, huevo duro, morrón, ají molido, comino y pimentón, todo rehogado en grasa vacuna. Se cocinan en horno de barro o se fríen. Nunca falta esa salsa picante hecha con tomate rallado y ají molido: la llajua.
  • Jujeñas: Similares a las salteñas, se distinguen por tener arvejas junto a la carne de nalga, lomo o llama, cebolla de verdeo y común, huevo duro, papas, aceitunas, comino y pimentón. Se acompañan con llajua.
  • Tucumanas: Se cocinan en horno común, de barro o en grasa de pella. Se hacen con matambre hervido, deshilachado y cortado en cubitos, un sofrito de cebolla, pimiento, huevo picado, cebolla de verdeo, pimentón dulce y ají molido. Se suele acompañar con gajos de limón.
  • Chaqueñas: Tienen un relleno de carne de dorado desmenuzado, tomate pelado sin semillas, cebolla, pimiento, huevo duro, pimentón dulce, ají molido, pimienta negra, tomillo picado y laurel. Se cocinan al horno.
  • Santiagueñas: Casi siempre se cocinan en horno de barro y llevan arvejas, carne picada a mano y sancochada, huevo duro, morrones, mucha cebolla y a veces pasas de uva, además de pimentón dulce, orégano fresco, ají del monte y comino. Un clásico de Doña Petrona.
  • Riojanas: Combinan cortes de carne como el cuadril, cebolla común, de verdeo, papa, morrón, huevo duro, ají molido, pimentón y comino, más grasa de pella.

No hay empanadas sin vino. Un Torrontés cuando el relleno es picante. Un Malbec cuando tengan ganas. 

  • Catamarqueñas: Se cocinan al horno y el relleno se hace con carne de vaca, de cabrito o de chivo, ajo, papas, huevo duro, cebolla de verdeo, ají molido, laurel y pimentón. Algunos le ponen aceitunas.
  • Mendocinas: Llevan aceitunas, además de la carne picada cortada a cuchillo, mucha cebolla (más del doble que de carne), grasa vacuna, huevo, morrón, aceitunas, orégano, pimentón y pimienta. También hay de carne de chivo. Se cocinan en horno común o de barro y se pintan con huevo batido. Las que son fritas se llaman “pasteles”.
  • Sanjuaninas: Se hornean o se fríen y son muy jugosas porque tienen en el relleno gran cantidad de cebolla y grasa de pella, además de carne picada, aceitunas, huevo, ají molido, comino, pimentón dulce. La masa tiene el agregado de vino blanco.
  • Puntanas: Son grandes, se condimentan con orégano y ají picante. Algunos le ponen pasas de uva y aceitunas.
  • Cordobesas: Son algo dulces porque el relleno tiene pasas de uva y zanahorias y la masa se espolvorea con azúcar. Llevan carne picada a cuchillo, grasa vacuna, abundante cebolla, verdeo, y puede incluir tomate sin piel ni semillas, más pimentón y comino.
  • Pampeanas: Son más grandes que las demás y el relleno varía entre carne de vaca, de pollo, verdura, humita, cebolla y queso o de jamón y queso, y también llevan huevo duro, aceitunas, mucha cebolla, verdeo comino, pimentón y ají molido. Se fríen o se cocinan al horno y previamente se pintan con huevo batido.
  • Correntinas: El relleno puede ser de pescado de río (surubí o boga). Por kilo de pescado se calculan 500 g de cebolla, morrón, ajo, aceite de girasol, huevo, verdeo, sal y pimienta. La masa está hecha con harina de trigo y grasa. Se fríen.
  • Entrerrianas: Igual que las cordobesas, se espolvorean con azúcar antes de entrar al horno y quedan caramelizadas, y en el relleno llevan clavo de olor, canela y ciruelas, además de carne de vaca, cebolla y huevo duro.
  • Patagónicas: Se preparan con cordero, guanaco, aunque también los pescados y mariscos, además de cebolla de verdeo, morrón, ají molido y pimentón. En Neuquén les agregan merken y en Tierra del luego las preparan con centolla.

Los mandamientos
de la empanada

  • Los salteños son protocolares: juran que cuando se sientan a comerlas no dejan caer ni una gota. Nada de ensuciar el plato. Dejar escapar el jugo y sus secretos es pecado o como mínimo, mala educación.
  • El repulgue de la empanada es cosa seria: para los salteños, la cifra es 16 o 18; para los tucumanos, 13, y es religión (1 por Cristo y 12 por sus apóstoles). 
  • Fritas, siempre deben quedar doradas. Al horno de barro su color es desparejo, apenas dorados con maravillosos lunares oscuros.

Dónde comer buenas empanadas en Buenos Aires

Es la pregunta del millón y una tarea nada fácil, pero no imposible: después de una búsqueda intensiva encontramos estas cinco opciones para no perderse. 

Publicado por  | Jul 11, 2023 |  |     

BAR ROMA

Tiene una larga historia. Nació en 1927 y desde 1952 a 2019 estuvo en manos de Jesús Llamedo y Laudino. Después, Julián Díaz, Martín Auzmendi y sus socios, se hicieron cargo del bar con la consigna de mantener su esencia, sumándole una propuesta de pizza y empanadas porteñas elaboradas con esmero e ingredientes de calidad. Hay de carne, carne picante –¡pica en serio!–, pollo –bien jugosa–, queso y cebolla –una de las más pedidas–, jamón y queso, verdura y queso y hasta una opción vegana, de choclo. IG: @romadelabasto

LA COCINA

En sus dos locales despachan empanadas catamarqueñas hace más de 40 años siguiendo las recetas de toda la vida: masa más amarilla de textura friable, rellenos jugosos y con mucho sabor: carne suave y picante –ambas con papa, el toque catamarqueño–, pollo, queso y cebolla, choclo, pascualina, ricota y jamón y la estrella de la casa: la picachu. Su éxito reside en la combinación de quesos, la cebolla dulzona y el picor característico. IG: @lacocinaempanadascata

EL IMPERFECTO

Este es uno de los pocos lugares donde encontrar empanadas salteñas, siempre acompañadas con llajua. La receta es fiel a su origen: la trajo consigo Emilia Saravia (Memi para los amigos) desde Salta y la prepara ella misma. Para Memi es un placer y un orgullo que sus empanadas gusten, ya que forman parte de su historia y transmiten la tradición familiar a los que llegan al restaurante que tiene junto a su pareja, Tatu Rizzi. IG: @elimperfectook

EL GAUCHITO

Uno de los secretos mejor guardados. Al mando está el riojano Beto. De su cocina salen platos caseros, como milanesas con fritas, sándwiches o el locro, pero las protagonistas son las empanadas: de carne a cuchillo, con huevo, verdeo, papa en cubos y especias. Llevan más cebolla que carne (la clave de su jugosidad) y salen al horno o fritas (insuperables). No olvidarse de ponerle la que Beto llama “salsita ancestral” –aceite neutro, pimentón, verdeo–y de acompañarlas con un vaso de vino.
IG: @elgauchitoempanadas_

TAYTAY

Nicolás Cámara es la mente y el alma de Taytay, el local de empanadas bolivianas que está en boca de todos. La receta la aprendió de su abuela, igual que su padre –fundador de “El Horno”, cerrado en 2002–. La masa es amarilla –lleva achiote– y de textura crujiente; el relleno, caldoso. Hay de carne suave y picante, de choclo, de jamón y queso, la Pukacapa, que se roba los aplausos, lleva queso y cebolla y es algo picosa; y la de pollo, con mucho jugo y arvejas. La salsita estilo quiquirimichi que las acompaña es una delicia. IG: @taytayempanadas