
Mendoza nos recibió entre copas para conocer Hornero, el nuevo restaurante de La Morada Life. Paisajes cordilleranos, excelentes vinos y viñedos a punto de ofrecernos lo mejor de sus racimos, en una provincia que no para de crecer.
iempre es un buen plan ir a Mendoza a enamorarse de sus paisajes, conocer su historia y entender la vitivinicultura de la mano de sus hacedores, copa en mano.
Viajamos para visitar Hornero, el nuevo proyecto de La Morada Life en el Valle de Uco, aunque el recorrido comenzó en Maipú, con una cena en Finca La Cayetana. Los anfitriones Eduardo Soler y Emilia Armando nos recibieron en su casa de más de 150 años por la que pasaron personalidades de la Historia argentina.
Eduardo y Emilia se mudaron a la casona para restaurarla y evitar que que cayera en el olvido o la ruina. Con el tiempo, la transformaron en un espacio de encuentro y disfrute, lleno de historias y anécdotas que comparten con quienes llegan en busca de una experiencia gastronómica diferente, acompañada de sus líneas de vinos Finca La Cayetana y Ver Sacrum.
Recorrimos los distintos espacios de la casa y los patios, y conocimos el viejo aguaribay, hogar de un gato que vive en su copa. Mientras tanto, el sol estival caía y su luz bañaba los viñedos de los que salen uvas para algunos de sus mejores vinos.
En Mendoza el verano es muy generoso y todo lo que da la tierra se aprovecha, fresco y en el momento o en conserva -en vinagre, en escabeche, confitado o fermentado-, para cuando llega el frío invierno. Probamos hinojos, membrillos, manzanas, pepinos, ajíes: todo lo que crece va a parar al frasco. Eduardo y Emilia, junto con su equipo de cocina, nos invitaron a formar parte de un ritual tradicional de las familias mendocinas: nos juntamos en el patio a envasar los tomates para asegurar la salsa de todo el año.
Después de trabajar nos esperaba una mesa larga y grande vestida de gala para compartir una cena en la que desfilaron los grandes éxitos de los menús de La Cayetana, acompañados de algunos de sus mejores vinos.
Hornero
Al día siguiente iniciamos un periplo por los caminos del Valle de Uco, con sus viñedos infinitos e imponentes montañas, rumbo a Hornero, el nuevo restaurante de La Morada Life, ubicado en el corazón de Finca Los Arbolitos, Los Chacayes.

El lugar tiene a sus dos hornos a leña –de allí el nombre– como protagonistas. Se construyeron a medida para alcanzar distintas temperaturas: uno llega a los 300º y el otro supera los 500º. El objetivo es preparar platos con diferentes cocciones en simultáneo.
La carta lleva el sello de Edward Holloway, chef irlandés que pasó por la cocina de Jöhri’s Talvo, restaurante suizo de dos estrellas Michelin, para luego quedarse un tiempo en Argentina. Pero nunca se fue: dirigió la cocina de Butterfly en Bariloche y la de Uco de Fierro Hotel en Buenos Aires, y terminó instalándose en Mendoza.
En Hornero la clave es el acento en el producto fresco y local, sin mucha vuelta: platos ricos, con pocos ingredientes y sabores sin pretensiones, como el panigacci con tomate mendocino rallado y acompañado por jamón serrano cortado a la minuta en una antigua Berkel restaurada, que engalana el salón y promete variedad de charcutería federal para degustar.
La simpleza y la buena materia prima también están presentes en las empanadas de cabra+cabra, rellenas de chivo braseado y queso de cabra, o en la ceja de ojo de bife, que sale con tomates mendocinos y vegetales a la leña.
Las mejores conversaciones suceden en torno a una mesa bien servida. Queremos que Hornero sea ese lugar de encuentro descontracturado, para disfrutar con amigos y familia y que pueda visitarse cotidianamente.
La idea es lograr una experiencia en la que se puedan probar distintos platos y compartirlos entre varios, en un entorno natural soñado al pie de la cordillera de los Andes y con el viñedo de fondo. Además, elaboran sus propios helados que son partenaires ideales de sus postres, también salidos del horno.
Pero el plan no estaría completo sin una carta de bebidas pensada para potenciar su gastronomía. El sommelier ejecutivo es nada más ni nada menos que Andrés Rosberg, ex presidente de la Asociación de la Sommellerie Internacional, quien supo interpretar las necesidades del restaurante y del público que consume este tipo de experiencias.
Por un lado, una barra que te recibe al ingresar y que despacha coctelería clásica ejecutada a la perfección y elaborada con las bebidas adecuadas, ideal para iniciar el convite mientras baja el sol sobre las montañas. “Pensamos en una barra con variedad de whiskies, gins y diferentes bebidas del mundo. Es lo que a mí me hace feliz cuando voy a un restaurante: pedir un Manhattan y que lo sirvan con Canadian, y no con Bourbon porque no hay Canadian”, cuenta Rosberg.
Por el otro, la impresionante cava subterránea pensada para atesorar más de 10 mil botellas de vino de diferentes regiones, estilos y precios. Si bien predominan las etiquetas de la IG Los Chacayes y del Valle de Uco, el “vecindario” del restaurante, hay etiquetas cuidadosamente seleccionadas de todo el país, desde Chubut hasta Jujuy. Para Andrés lo más importante es ofrecer un servicio de vino cuidado y prolijo, con la cristalería adecuada y la temperatura correcta, y que Hornero se transforme en un espacio que elijan desde los amantes del buen vino hasta los mismos bodegueros mendocinos a la hora de compartir una botella. •
Para más datos
Finca La Cayetana
Manuel, Cruz Videla 2605, Maipú, Mendoza
Consultas en lacayetana1865@gmail.com
Reservas en fincalacayetana.meitre.com
IG: @fincalacayetanamendoza
Hornero
Calle La Siesta, Los Chacayes, Tunuyán
Reservas al +54 9 2613 30-6000
IG: @lamorada.hornero