
Está de moda en Buenos Aires, el kale es la rúcula de hoy. Una de las primeras en incluirlo en sus platos fue Jessica Lekerman, después de haberlo probado en restaurantes de Mahattan y fiel a su estilo de cocina saludable. Y resulta que el kale, o col crespa, lo es. Tiene esos súper poderes que fascinan a los que tratan con cuidado su alimentación: vitaminas C y A, Calcio y beta caroteno. También acumula un alto contenido de fibra, rasgo típico de las Brassicaceae.
Algunos lo comen cocido y mezclado con pastas o legumbres. Otros hacen tempura con kale. Pero la mayoría lo corta en chiffonade y después lo sartenea con oliva, ajo y al final, pimienta negra. Mejor sin los tronquitos, demasiado duros. Para durezas está la realidad.