La cocina de Mirazur, el mejor restaurante del mundo

Con 42 años, el argentino Mauro Colagreco se apunta un nuevo récord: su restaurante Mirazur, tres estrellas Michelin y Relais & Châteaux ubicado en Menton, Costa Azul, alcanzó la cima en la edición 2019 de The World’s 50 Best Restaurants.

Texto y fotos de  | Jun 26, 2019 |  

auro Colagreco brilla en el mundo. Pero conserva la memoria y la sencillez de ese chico platense  que llegó en 2001 a Francia con lo puesto –o casi– y en tiempo récord terminó jugando en las grandes ligas. Un tozudo que encontró en Menton su lugar en el mundo y en Mirazur, su segundo hogar.
El restaurante que soñó balconea al Mediterráneo y echa raíces en su contorno, con su gente y los productos que brotan en sus cinco huertas,  o los que encuentra todas las mañanas en los mercados de Menton, Ventimiglia y Niza. En ese dédalo de aromas y colores, Mauro conversa, discute y se abraza con los productores como si fueran familia. En jean, buzo y zapatillas, huele, toca y elige lo mejor que la naturaleza da. Pescados del Mediterráneo. Gamberoni de San Remo. Limones de Menton. Quesos montañeses de Sospel elaborados por Sophie Peglion. Colagreco prefiere que la materia prima sugiera el rumbo de su barco. Los ingredientes son su timón o un viento fundamental.

A tal punto que en Mirazur la carta es una hoja en blanco escrita por las estaciones. La sensualidad de sus días. Trescientos sesenta y cinco. Y en cada uno, la posibilidad de un alimento diferente. En su hora perfecta.

Sus platos delatan una técnica depurada y un repertorio de ingredientes puestos al servicio de una cocina libre, sin fronteras.

Este cocinero –no le gusta que lo llamen chef– ganó prestigio gracias a su respeto por la materia prima y el esmero en la construcción de una propuesta que cuenta una historia y un lugar. Una cocina fronteriza con sello propio y sin arrugas. Michelin lo sabe y el año pasado premió a Mirazur con su tercera estrella. También lo saben los creadores del ranking de los 50 Best que le reservaron el primer puesto de la lista. El del mejor del mundo. Un título que suena tan fuerte como lo que representa.

Sin embargo Mauro habla con naturalidad de sus premios. ¡Son tantos! Y prefiere resumirlos con palabras tan angulares como indisolubles: trabajo y emoción.

El menú de Mirazur gira alrededor de productos que provienen del mar, de la montaña y de las huertas propias.
El “Eveil des Sens –sólo almuerzo– cuesta 160 euros. El “Universo Mirazur” se sirve al mediodía y a la noche y cotiza 260 euros.

Un restaurante hecho libro

Todo el universo que envuelve y enamora a Mauro Colagreco, ingredientes, agricultores, artesanos y pescadores. Mar y montaña. Los fogones y su equipo cosmopolita. Su Familia. Todo está concentrado en su primer libro: Mirazur, donde desnuda el corazón de su restaurante y el suyo propio.

Mirazur es una construcción de tres pisos con cava, sala/laboratorio de experimentación, bar en el piso inferior con cocina vidriada donde pueden verse a los cocineros en su salsa. Salón luminoso de cara al Mediterráneo y más holgado desde que Mauro redujo la cantidad de mesas, de 15 a 12, como parte de las reformas. Holgado pero siempre completo: hace falta reservar con meses de anticipación para hacerse de un lugar.

Colagreco recibe todo el tiempo a clientes de todo el mundo en Mirazur, un imán gourmet incluso en invierno, cuando Menton está semi desierto. “Nos convertimos en un destino”, dice.

La brigada de Mirazur reúne 25 cocineros de 8 nacionalidades. Su Jefa de Cocina, Florencia Montes, es argentina. Julia, su mujer brasileña, compañera de hierro, lleva la parte administrativa del restaurante.

En cualquier época del año, se trata de una comida fuera de serie. Hecha de equilibrio y belleza. De texturas y sabores delicados, como el de papas nuevas con salsa sudachi, huevo de trucha del Valle De Roya.  El “Loto Sagrado”, con 27 pétalos hechos de vegetales de la huerta, para comer en puntas de pie. El calamar con bagna cauda. El plato de pétalos y brotes, como devorarse el jardín o la primavera.El pichon con risotto de espelta y fresas del bosque. O Naranjo en flor, postre con nombre de tango y alma cítrica. Lleva crema de azafrán, sorbete de naranja, espuma de almendras, cristalino de naranjas. Magia.

Muchos vuelven a Mirazur por la cocina y sus detalles amorosos, como el pan que Mauro prepara según receta de su madre y que se comparte en la mesa. Por la carta de vinos con etiquetas de todo el mundo. El servicio cálido y discreto. La elegancia del salón y de la vajilla sin amaneramientos. Mirazur es un oasis en la noche desértica del mundo.

Una novedad: Mauro le dio piedra libre a la cocinera Mariana –China– Müller para que en un sector de Mirazur explore nuevos perfiles para sus vinagres. Y descontamos que algo bueno saldrá de estas incursiones.

El jardín de las delicias

Mirazur es mucho más que un restaurante con buena estrella. Es el lugar que le permite a Colagreco conectar la cocina con su matriz: la agricultura. Mauro tiene cinco huertas escalonadas en terrazas donde cultiva según los principios de permacultura, sin perversiones químicas, desde salsifíes hasta papas argentinas. Bananas y papayas. Puerros y kale.

Remolachas que pueden alcanzar los 5 kilos. Clementinas y limones. Hierbas de todos los aromas. Petit pois que su hijo Valentín come a los saltos como si fueran caramelos. “Para él son la mejor golosina”, dice Mauro y mira cómo en su corral se pasean gallos petiteros y revolotean gallinas con peluca a lo Tina Turner. Mirazur se jacta de ser autosuficiente en un 30%. “Por ahora”, se ríe y cuenta casi en voz baja que acaba de comprarse un terreno con ciruelos, cerezos, avellanos, luz, horizonte. En ese lugar, que parece un paisaje de La Novicia Rebelde, Colagreco corretea como un chico al que le abren las puertas de su juego favorito. A un siglo del whatsapp, del mail, del celular, del precio de la fama. “La naturaleza siempre te acerca a lo esencial”, dice. Después sonríe y corre en zigzag como trazando un proyecto nuevo. Mira las plantas y los árboles. El pasto verde. Su cielo de tierra.

www.mirazur.fr

Mauro, el #1

Colagreco se formó con Beatriz Chomnalez, se recibió en la escuela Gato Dumas y completó sus estudios en el Lycée Hotelier de La Rochelle. Trabajó al lado de cracks como Bernard Loiseau, Alain Passard, Alain Ducasse y Guy Martin. En 2011 su restaurante Mirazur recibió su primera estrella Michelin. En 2012 obtuvo la segunda y en 2019 llegó la tercera. Es el primer cocinero extranjero que recibe este galardón en Francia. Y el primer argentino en lograr para su restaurante el puesto número uno en The World´s 50 Best.

Restaurant Mirazur

30, avenue Aristide Briand – 06500 Menton
Tel : +33 (0)4 92 41 86 86 – reservation@mirazur.fr