
La panadería dejó de ser cosa de hombres
En el marco del día del panadero, este 4 de agosto reivindicamos el oficio haciendo eco a los reclamos de las mujeres que lo ejercen.
n Argentina el pan tiene una presencia marcada en la vida cotidiana: el 77% de los argentinos lo consume de forma diaria y 8 de cada 10 consumidores prevén mantener su nivel de consumo de pan en el futuro. Pero, ¿Qué hay detrás de cada producción? Lamentablemente, muchas veces se esconden abusos, prejuicios, violencia y pocas posibilidades para las mujeres.
Sin embargo, una nueva ola -de la mano de lxs jóvenes- atraviesa las cocinas y con ella nuevas perspectivas: ese espacio en el que se elaboran y cocinan las masas, ya no se concibe sin igualdad de género. En la Ciudad de Buenos Aires, por ejemplo, son cada vez más los proyectos panaderos en los que las mujeres tienen un rol protagonista: Juliana Juárez es la jefa de panadería de Atelier Fuerza; Tuni Oviedo comanda Malcriada; Sofía Jungberg es una de las dueñas y pastelera de La Kitchen; Estefanía Maiorano se destaca en la panadería y pastelería de Narda Comedor; Sol Eskenazi, Martina Schvarzstein y Camila Malvido crearon y llevan adelante La Garage; Melisa Baratta y Sofía Podestá lideran Cerca Deli, por citar algunos.
Juliana Juárez, jefa de panadería de AF.
Tuni Oviedo al frente de Malcriada.
Sofía Jungberg, pastelera de La Kitchen.
La marea juvenil también trajo bajo el brazo el resurgimiento de las técnicas ancestrales, la masa madre y la búsqueda por productos de mayor calidad.
Estefanía Maiorano, de Narda Comedor.
Sol, Martina y Camila crearon La Garage.
Melisa Baratta y Sofía Podestá, Cerca Deli.
“Hoy, con una mayor inclusión en todos los ámbitos, y la reivindicación de la panadería, encontramos panaderías de especialidad en las que muchas integrantes son mujeres. Creo que es algo ligado al momento actual del oficio, el regreso a la masa madre, el repensar las maneras de amasar. Todavía faltan más espacios en las panaderías de barrio, en donde ‘el maestro panadero’ está desde hace muchos años y es quien delega, pero esto empieza a cambiar”, cuenta Sofía Bruno, quien suele visitar cuadras de panaderías por su labor como asesora técnica de Puratos, empresa de origen belga que provee soluciones para panaderos, pasteleros y chocolateros.
Sofía Bruno, asesora técnica de Puratos.
“La lucha feminista irrumpió en todos los encasillamientos y prejuicios que había tanto en el rubro gastronómico, reconociendo capacidades y derechos que antes estaban reservados para los hombres y permitiendo que muchas mujeres podamos acceder a posiciones de liderazgo”, cuenta Juliana Juárez, jefa de panadería de Atelier Fuerza.
De todas maneras, todavía quedan muchas batallas por dar: la violencia por razones de género y los abusos dentro de las cocinas ya no pueden ser encubiertos por colegas hombres; las oportunidades laborales tienen que ser iguales para los hombres como para las mujeres y demás identidades sexuales; y los chistes y prejuicios machistas tienen que cuestionarse y disiparse.