
Little Ofelia
MAR DEL PLATA
Pastelería de acá y del mundo en un local chiquito y coqueto manejado por 10 mujeres. Su mentora: Sofía Amalfitano, una joven pastelera marplatense que le imprime oficio, amor y garra a este emprendimiento que arrancó hace un año y no para de crecer.
Publicado por María De Michelis | Ene 20, 2022 | Productos |
os veranos de su infancia tenían playa y mar –no podría haber sido de otra manera viviendo en Mardel– pero el juego favorito de Sofía Amalfitano era la cocina. Y más que la cocina, el servicio: “jugaba a vender rabas, fajinaba cubiertos, ordenaba las mesas en el restaurante de mi familia.” El restaurante de su familia –italiana–, fundado por su abuelo, es nada menos que Chichilo, un clásico marplatense con 70 años de historia. La comida siempre fue para ella motivo de reunión, de trabajo y de placer, pero confiesa que recién descubrió su vocación gastronómica años más tarde, ya de adulta.
Cursaba el último año en la facultad, iba a ser contadora, y en plena recta final de la carrera se le cruzó una obsesión: lograr una tarta de frutillas perfecta. Se anotó en un curso de pastelería en el que preparó la masa sablée que tanto la desvelaba. Después, fue el furor de los talleres, los videos de youtube, las lecturas, más cursos. Tiempo de absorber información como esponja y combinarla con el amor que su abuela y su mamá –y su abuelo, claro– le habían contagiado por la cocina.
Lo que nunca se imaginó es que la foto de su tarta de frutilla con arándanos –”mi primera venta”–, sería el puntapié inicial de un hobby que se transformaría en medio de vida.
“Empecé preparando tortas en casa de mi mamá y las vendía a la gente del barrio. La demanda creció tanto que pude comprarme una batidora y un horno”, cuenta. Pero el espacio se achicaba a medida que el negocio crecía, no daba abasto y entonces se decidió a dar el gran paso: alquiló un local en noviembre de 2020.
“No tenía experiencia, no había manual de administración ni de recursos humanos, fue una revolución”, dice. Lo suyo fue “learning by doing” y no le fue nada mal, en plena pandemia, Little Ofelia consiguió un éxito rotundo basado en la calidad de la pastelería que prepara un equipo de 10 mujeres, todas jóvenes. El fuerte son los éclairs (ay, la delicadeza de la pâte á choux y esa pastelera).
Sus raíces tanas están presentes en la torta de la nonna (masa frola y relleno de pastelera clásica y de chocolate, espolvoreada con azúcar y canela, una locura). También hay cookies, torta vasca (tan de moda acá y en el mundo), rogel, alfajores de maicena y de chocolate y frutos rojos; clásicos neoyorkinos, como la cheesecake. Y opciones para celíacos.
Además de los éclairs probamos la torta de peras, con relleno de almendras: la masa sutil, el relleno equilibrado, sin sobredosis de azúcar. La torta de chocolate, crema y frutillas.
Y la Pavlova: impecable, merengue craquelé por fuera y tierno en su interior, curd de acidez justa. Sofía no se amarra a ningún ancla que no sea la curiosidad que le disparan ciertos productos y preparaciones y dice que tiene mucho por delante. Por lo pronto, está en su mira ampliar su local, sumar una opción de buen café. Habilitar una sala para dar clases. Y abrir un espacio de cocina con vista a la calle para que el que pase por ahí disfrute por anticipado del proceso de esas delicias que más tarde se llevará a la boca.
Datos útiles
Little Ofelia
Matheu 334, Mar del Plata.
Whatsapp: +54922 3542 1729
IG: @littleofelia