
Los caminos del vino cordobés
Publicado por María De Michelis y Elisabeth Checa | Abr 12, 2019 | Eventos
En Colonia Caroya se presentó el Plan de Acciones 2019 para el sector vitivinícola de Córdoba. Un proyecto ambicioso que busca poner el valor los vinos de la provincia. Tintos y blancos que cuentan un paisaje y su historia, dueños de una gran identidad.
ía de sol estridente en Colonia Caroya. Desde el auto, la secuencia de plátanos de la avenida San Martín parece una cadena de fotogramas que en lo alto forman un paraguas vegetal. Esos nueve kilómetros de verde también anticipan una de las huellas de los colonos que plantaron estos árboles como quien planta bandera. Pero no es la única seña de identidad. El corazón cultural de Colonia Caroya se revela en su cocina y sus vinos. La pasta –como la del restaurante Fertilia, Macadam o Chacra de Luna– maravillosa, la polenta blanca, los salames, marca registrada. Obra de inmigrantes del Friuli que llegaron acá con sus petates y sus costumbres. Habían cruzado un océano para hacer de este lugar su casa.
Así nació en 1930 La Caroyense: una cooperativa de friulanos que fue en un momento la sexta bodega más importante en volumen de la Argentina. En esa superficie de 10.000 metros, se producen 2 millones de litros, entre vino, grapa y espumante, el primero hecho en Córdoba, con el vero método tradicional. En una enorme sala los espumantes esperan en sus pupitres el momento exacto. Recorrer esa construcción antigua, es entender su historia. Acaban de lanzar un espumante, Caroyense Piu Brut Marselan, cosecha 2017. Remite a ciertos spumanti tintos italianos, perfectos para pastas y estofados.

En Bodega La Caroyense se presentó el Plan de Acciones 2019 para el sector vitivinícola de Córdoba. El Ministro de Agricultura y Ganadería, Sergio Busso y el Presidente de la Agencia Córdoba Turismo del Gobierno de Córdoba, Julio Bañuelos, describieron la iniciativa que incluye organización de viajes de prensa, junto con las bodegas de la provincia, los agentes de viajes y medios de comunicación. En el marco de este evento, las periodistas Elisabeth Checa y María De Michelis recibieron un reconocimiento por su labor en pos de la difusión de la cultura enogastronómica de Córdoba.
De Caroya también es Terra Camiare. Antiguamente, la bodega se llamaba como sus creadores, Nanini, y era una de las más representativas de la región. Hace unos años, los Mizzau la compraron y encararon una renovación a todo trapo, con tecnología de punta, tanques de acero inoxidable, piletas, huevos de cemento, barricas de roble y ambición. El proyecto abarca viñedos propios en Colonia Caroya y en Quilino, donde crecen Ancellotta, Malbec, Tannat, Chardonnay, Torrontés Cabernet Franc, Cabernet Sauvignon y la Isabella o Frambua: la Chinche que comíamos de chicos.
Con esta uva elaboran un rosado que no se parece a ningún otro. Un viaje a la infancia. Terra Camiare que también trabaja con productores de Calamuchita, Traslasierra y Jesús María ya sueña con la apertura de su restaurante, un Wine bar, un paseo de productos regionales, un salón de convenciones y una posada. Casi nada. Chardonnay-Viognier, con uvas de Quilino nos resulto el más interesante entre los blancos. Las uvas son de una región seca y distante: Quilino.
Se impone probar un tinto raro: Socavones Blend de Terroirs. Ancelotta-Pinot Noir, los bautizamos como el romance del la piba de barrio con el marqués. Aunque en este caso se trate de un marqués un poco rústico, la ragazza le transmite nervio. También con la marca Socavones: Passito Integrale, elaborado como algunos vinos dulces de Valpolicella, a partir de uvas pasas.
Los vinos de Traslasierra
Nicolás Jascalevich es un Licenciado en Alimentos que primero encontró su destino en Bordeaux, y después, en una bodega –con hotel y restaurante– de La Toscana. La nostalgia lo trajo de vuelta en 2001, a San Javier, esta otra Toscana cordobesa. Un lugar de gran amplitud térmica, suelos graníticos con manchones de calcáreo y de fácil drenaje; 900 metros de altura; cultivos en pendiente que impide la concentración de agua; clima semidesértico y un sol de la tarde que le hace tan bien a las uvas como al paisaje. Aquí elabora su línea de vinos Noble de San Javier. “En 2002 plantamos con Soledad –su mujer– Cabernet Sauvignon y en 2004, Malbec. Después seguimos con Merlot y Syrah, en Yacanto. Cultivamos tres hectáreas de viñedos y en 2008 habíamos hecho la primera vendimia”.
“Córdoba tiene una historia antigua de viñedos pero la producción entró en declive en los años 30, cuando se sancionó una ley que obligaba a concentrar la elaboración de vinos en Cuyo, y entró en caída libre en los 80, con el cierre de las redes ferroviarias. Sin embargo, estamos recuperando esta industria”. Dice Nicolás y sirve un rosado de Malbec y los dos Reserva –Malbec y Cabernet Sauvignon–, que evolucionan en barricas de roble francés y americano. Pero mi preferido es el blend de Malbec, Merlot, Syrah y Cabernet Sauvignon. Un vino que habla del terruño. De aires serranos, hierbas, frutas rojas. Un tinto brioso que cuenta un lugar y una historia. Y anticipa futuro.
A metros de la bodega está la Hostería Las Jarillas y su horizonte de frambuesas, hierbas, flores, olivos. En esa construcción ambientada con materiales reciclados, objetos antiguos y curiosidades que trajeron de sus viajes Alejandro y Coca, (los padres de Nico), durante todo el año se disfrutan desayunos con panes y dulces caseros. Al mediodía o a la noche, corderos o chanchos al horno de barro. El vino y la música acompañan, porque músico es también el dueño de casa.
Finca El Tala
El parque deja con la boca abierta. Hay plantas acuáticas, un invernadero con 5000 cactáceas de distintas variedades, obras de arte de artistas locales distribuidas en 10 hectáreas enclavadas en el faldeo de las Sierras de los Comechingones. Recorriendo el parque se descubre la Bodega Aráoz De Lamadrid, que cuenta con viñedos y una bodega donde se elaboran vinos tintos, blancos y rosados artesanales. Siete cepas tintas: Malbec, Syrah, Cabernet Franc, Cabernet Sauvignon, Tannat, Petit Verdot y Ancellotta y una cepa blanca, Chardonnay.
En su cava descansan 28 barricas, 5.500 litros de vino en guarda de roble que pueden probarse junto con los fiambres de cerdo fuera de serie: los prepara el cocinero Fernando Hara. Dichosos los que pasan por aquí y deciden quedarse en alguna de las habitaciones para dos personas dispersas entre el verde. Con Goyo Aráoz de Lamadrid se asoció el agrónomo Richard Kirton, quien vivió 25 años en Londres, donde trabajó en un restaurante con una estrella Michelin. Después comandó el restaurante Peperina, en Traslasierra. Y ahora elabora en esta bodega, entre otros vinos interesantes, un Syrah para tener en cuenta.
La Matilde
También en Traslasierra, este es un proyecto de envergadura que creció junto a una granja ecológica y sustentable, donde crecen vegetales orgánicos y se pasea un rebaño de cabritos y cabras, criadas con mimos extremos.
La Posada Rural La Matilde forma parte de la naturaleza. Emplazada en una loma de la Primera Comarca biodinámica del país (60 hectáreas de bosque nativo), es un sitio de luxe. Desde hace un par de años el iluminado transvanguardista Matías Michelini, ayudado por el enólogo –también mendocino– Germán Masera, elabora un vino que responde a los mandatos biodinámicos. Probamos en su momento un Tannat, la primera producción de la bodega, el vino en cuestión era pre-Michelini.
Córdoba es territorio de paisajes. cocina y vinos que reflejan identidad. Hay muchas córdobas y todas son sabrosas.
Agradecimientos
Los caminos del vino conducen a Córdoba
La provincia tiene diversidad de terruños y varietales –Pinot Noir, Malbec, Merlot y Cabernet Sauvignon– entre otros. Y también tiene una historia vitivinícola no tan conocida: pocos saben que en Córdoba se elaboró el primer vino de América: el “Lagrimilla”, que llegó hasta la mesa del rey de España Felipe V. Para poner en valor los vinos del lugar, la Agencia Córdoba Turismo organizó capacitaciones a personal de servicio y atención al público en bodegas. También anunció la organización de eventos y ferias eno gastronómicas a nivel nacional e internacional promocionando los “Caminos del Vino”.
¿Por qué no perdérselos?
- Hay 18 establecimientos, entre bodegas y productores artesanales de vino, abiertos al turismo, y ubicados en los principales valles de la provincia.
- Vinos y bodegas premiadas internacionalmente (Las Cañitas, Noble de San Javier, Terra Camiare, La Caroyense y La Matilde).
- Bodegas con alojamiento abc1 (Las Cañitas, La Matilde, Araoz de la Madrid y Noble de San Javier).
- Gastronomía gourmet y/o regional en todas las bodegas (Terra Camiare, Chacra de Luna, Jairala Oller, Del Gredal, Las Cañitas, Nebula, La Matilde, Aráoz de la Madrid y Noble de San Javier).
- Visitas guiadas y degustaciones en todas las bodegas de la provincia, que cuentan con estándares de calidad avalados por el área de Relaciones Institucionales de la Agencia Córdoba Turismo.
Cuanta información falta en esta nota. Se olvidaron varias bodegas y varios premios.
Gracias por escribirnos, Daniela! Podrías mencionar las bodegas y los premios que quedaron excluidos de la nota? En su momento, cuando la publicamos (marzo de 2019) nos remitimos a la lista que figuraba en las comunicaciones oficiales y a nuestro propio recorrido. Saludos!