Nanum | Coreano poco convencional

El restaurante de Marina Lis Ra plantó bandera en Chacarita y ya tiene un público fiel. Su cocina sabrosa, con fusiones y sin confusión lo convirtieron en uno de los favoritos del barrio.

Publicado por | Ene 22, 2021 | |
a cocina coreana arrasa en Buenos Aires. Cruzó las barreras del barrio de Flores y echó raíces en otros rincones de la ciudad con su potencia de aromas, sabores, colores. No fue una carrera rápida. Quién hubiera dicho hace 10 años que el kimchi, un fermento a base de coles, plato nacional de Corea, iba a tener tanta popularidad en Buenos Aires. Y que el repertorio de restaurantes tradicionales, como Una Canción Coreana, se iba a ensanchar con otras propuestas no convencionales.

Marina Lis Ra se animó a presentar una interpretación propia de esta gastronomía. Hizo sus primeros pasos en Niño Gordo y cuando terminó de foguearse en esa cocina de ritmo demencial encaró un formato de Nanum que funcionaba los lunes dentro de Opio Gastropub.

Lis (@simplyliss) tiene DNI argentino, ascendencia coreana, vocación de anfitriona y una sonrisa a prueba de estrés. Se nota que le encanta dar de comer, poner el ojo en los detalles y mirar cómo disfrutan sus comensales cuando se llevan a la boca lo que prepara. Porciones generosas. No es raro que haya bautizado a su restaurante Nanum “el arte de compartir”.

Hace 6 meses, en pleno tsunami, pegó el volantazo, abrió local en Chacarita, el nuevo polo gastronómico de la ciudad, y Nanum dejó de ser un restaurante dentro de otro restaurante. Ahora ocupa un espacio con mesitas en la vereda –reglas de la pandemia– sobriedad y encanto.

“Abandoné las carreras de kinesiología y de musicoterapia y me puse a estudiar cocina. Cuando terminé los estudios, a los 27, ya era grande para meterme en la alta cocina, así que me puse a pensar en ofrecer algo que tuviera mi sello. Algo diferente.”

Datos útiles

Nanum. Roseti 177, Chacarita.
Accedé al menú AQUÍ.
De martes a sábado (1° turno, 19.30 / 2° turno, 21.30).
Reservas: nanum.meitre.com

La carta muestra un contrapunto entre cocina porteña y coreana, variedad de productos de acá sazonados con condimentos de allá: gochugaru gochujang, doenjang. Y muchos vegetales y hierbas “que no existen en la comidas coreanas pero que me encantan, como la cebolla colorada o el cilantro.” Hay platitos de kimchi bechu con salsa de pescado que tiene su versión vegana. Ensalada de algas. Shitake. Porotos de soja braseados. La lista de comidas tienta de pe a pa, así que conviene ir en grupo de no más de 4 para probarla toda.

Los que conocen el estilo de Lis saben que sus platos entran primero por los ojos. La tortilla de papa y nabo con teriyaki, alioli de wasabi, huevo, shitakes, ensalada de hinojo y hierbas pinta bien si el plan es empezar el recorrido pum para arriba. Igual que los ñoquis tostados de arroz, crema de chunjang, langostinos, chili, lima y pepino. Un plato para volver al restaurante: el kimchi asado con gírgolas ahumadas (no se imaginen un ahumado empalagoso, esto es pura sutileza).

Ojo, que el entusiasmo les permita guardarse lugar para las ribs primero hervidas y después laqueadas con gochujang. Picantón. Llega a la mesa con boniatos, papas al horno y arroz. El laqueado llama al mordisco y la carne trémula se desprende del hueso. La sublimación del cerdo. Dato: el chancho se lleva bien con soju, un destilado de arroz y cebada con 17% de alcohol. Para todo lo demás hay cervezas, vinos y Pet Nat.

IG: @nanum_bsas