La marca joven se incorpora al portfolio de Ruca Malen y renueva la propuesta de la bodega, que aspira a la conquista de los Millenials. Con cuatro versiones: Malbec, Cabernet Sauvignon, Red Blend y Sweet, Aimé se perfila como un producto audaz, pensado y diseñado para consumidores que prefieren vinos diferentes, frescos y aromáticos.