Nos encantan las naranjas, protagonistas de tantos platos, puro jugo, aroma, sabor y vitaminas. Si sos de los nuestros, apuntate estos tips y estas recetas para preparar en casa.

Publicado por  | Ilustraciones de Milagros BrascóJul 14, 2021 |  |     

icen que uno de los trabajos de Hércules era robar unas «manzanas de oro» que crecían en el Jardín de las Hespérides: tarea importante porque no se trataba de cualquier fruta, la que iba a birlar el forzudo te garantizaba la vida eterna. Milagrosas o no, aquellas doradas manzanas del sol no eran otra cosa que naranjas. Su nombre en latín, aurantia, alude a su color de oro. La palabra naranja proviene, a través del árabe, del sánscrito naranga: «perfume interior». Una referencia obvia a su pulpa fragante.

Las naranjas dulces (Citrus sinensis) vienen rodando en nuestras mesas desde hace miles de años. Comenzaron a conquistar el mundo desde China y probablemente ingresaron a Europa de la mano de los romanos. Los árabes las hicieron famosas en España y desde allí saltaron directo al Nuevo Continente.

El colombiano Fernando Botero las pintó redondas y sensuales. Frida Kahlo las convirtió en protagonistas de sus naturalezas muertas. María Elena Walsh le compuso una canción –El twist del Mono Liso–; Alberto Migré, una telenovela –Piel Naranja–. Y los chefs del planeta le dan calce en ensaladas, vinagretas, postres, marinadas, helados. Las mecánicas de la naranja.

Dónde se producen

El mayor productor es Brasil; le sigue Estados Unidos. Y el mayor exportador es España. La lista de variedades de naranjas es larguísima pero en nuestro país –que está entre los primeros quince productores– se cultivan en el NOA, el NEA y el noroeste de Buenos Aires principalmente siete: Navelina, Salustiana, Washington Navel, Navel late, Valencia Seedless, Valencia Late y Sanguínea, una mutación de la naranja dulce que en Sicilia tiene Indicación Geográfica Protegida y en Argentina se ve cada vez menos.

Si querés obtener cáscara de naranja, te conviene utilizar un pelador de papas o un cuchillo muy afilado, descartando por supuesto toda la fibra blanca que es muy amarga.

Cómo elegirlas

  • Quedate con las que están firmes, las más pesadas en proporción a su tamaño (cuanto más pesadas, más jugosas), y de forma regular.
  • Tené en cuenta que las naranjas de cáscara lisa suelen ser más jugosas que las de cáscara rugosa (en general, las de ombligo).
  • El color puede no ser una buena guía: a veces las pintan con tinturas vegetales para mejorar su aspecto (engaña pichanga).
  • Las naranjas se conservan bien fuera de la heladera durante unos 15 días.
  • Preferí cítricos agroecológicos, como los de Ecotipa o de BioTuc, entre otros. Buscalos  en nuestro mapa de productorxs.

Su mejor momento

Las naranjas alcanzan su pico de cosecha en invierno. No valen los argumentos de oportunidad y precios que impone la industria mandando recogerlas antes de tiempo. Mal resultado: frutas de menor calidad, más secas, con pocos azúcares y mucha acidez. Mejor comprar naranjas cuando es su época: son más jugosas y sabrosas y también más amigas del bolsillo.

La naranja se pasea de la sala al comedor

En la cocina sus aplicaciones son infinitas. El jugo o la pulpa se pueden agregar a salsas y marinadas, a masas para repostería. Las naranjas combinan bien con quesos y ensaladas de verdes. Su jugo es delicioso y refrescante. Su cáscara se puede confitar (ay, las naranjitas confitadas que servían con el café en Tomo I).

Por todo esto y por mucho más amamos a la naranja. Trae a nuestra mesa, en pleno otoño e invierno, un sabor luminoso, dorado.


Salud redonda

La naturaleza es sabia y nos regala las frutas indicadas para cada estación. En invierno, tiempo de resfríos; reinan las naranjas, sinónimo de vitamina C, ácido fólico y betacaroteno, sustancias con propiedades antioxidantes y estimuladoras del sistema inmunitario. Una naranja mediana —o un vaso de jugo— cubre prácticamente la dosis diaria recomendada de vitamina C para una persona adulta (6o mg).

La naranja en 5 versiones

  • Ensalada simple de naranjas.
    Lavar y cortar una naranja en rodajas. Colocarlas en un plato. Agregar oliva, sal marina y semillas de granada por encima.
  • Zest de naranja.
    Con un pelapapas o un cuchillo muy afilado pelar las naranjas procurando descartar la parte blanca. Con el zest se pueden perfumar cremas, flanes, tortas, tartas, platos salados. Y utilizarlo para perfumar tragos, exprimiendo la esencia de la cáscara dentro de la copa o vaso y luego descartándola.
  • Licor de naranjas.
    Colocar en un frasco 6 cáscaras de naranja teniendo cuidado de que no tengan parte blanca (mejor pelarlas con el pelapapas). Agregar al frasco alcohol basta cubrirlas, cerrarlo y dejarlo macerar durante 45 días. Preparar almíbar para licor, agregarlo a las cáscaras y macerar nuevamente 15 días. Luego de este tiempo, filtrar con filtro de algodón y embotellar.
    Para el almíbar: disolver 350 g de azúcar en 1/2 litro de agua, preparar un almíbar flojo y cuando esté tibio agregar 1/2 litro de alcohol; tener en cuenta que primero se debe medir la cantidad de alcohol macerado existente, y en base a esa cantidad preparar el almíbar necesario.
  • Mermelada de naranjas amargas.
    Pelar finamente 2 naranjas. Con tijera o cuchillo afilado cortar la cáscara en tiras finitas.
    Pelar 13 naranjas más y descartar la cáscara. Cortar las naranjas transversalmente en rodajas finas.
    Dejarlas reposar en 2 litros de agua toda la noche. A la mañana siguiente, llevar a ebullición la preparación y cocinar durante una hora y media. Por cada kilo de esta compota de frutas agregar 750 g de azúcar.
    Cocinar durante 30 minutos, o hasta que la mermelada tome consistencia. Hacer esta prueba: poner una cucharadita de dulce en un plato, dejar enfriar y pasar el dedo por el centro de la preparación. Si no se une, la mermelada ya está lista.
  • Naranjas en cascos.
    Lavar y rallar las naranjas suavemente. Cortarlas por la mitad, exprimirlas y hervirlas en su jugo y en abundante agua. Cuando las cáscaras estén tiernas pero firmes, descartar tres cuartas partes del líquido, agregar por kilo de naranjas 1 kg de azúcar, una ramita de canela y dos clavos de olor o pimienta de Jamaica.
    Dejar reducir hasta que tomen color caramelo claro. Para terminar, añadir una copita de Cointreau.