
Oh’No! Lulu | Tiki Bar & Pupu Platter
Buenos cocktails y ricos platos en Oh’No! Lulu: el primero y por ahora único bar tiki de Buenos Aires. Ludovico De Biaggi domina la barra de este paraíso tropical montado en plena selva de cemento.
obredosis de color y ambiente lúdico y relajado. Cocina abierta y una barra larga. Lámparas bajas, ratán, cañas de bambú, paredes empapeladas, un tótem, un falso hogar que, milagros de la tecnología, siempre está virtualmente encendido. Ingredientes de la cultura de bar tiki que nació a mediados de siglo XX como invento gringo basado en símbolos y productos de la Polinesia y hoy planta bandera en Buenos Aires.
Luis Morandi y Patricia Scheuer (dupla infalible responsable de BASA, Gran Bar Danzón, Bar Uriarte, Grand Café) lo hicieron de nuevo: incursionaron en un proyecto inédito, en la ciudad de las propuestas fotocopia, pero esta vez sumando al bartender Ludovico De Biaggi, un talentoso dos veces ganador de la Bacardi Legacy Cocktail Competition. Toda una garantía.
“Cuando pensamos en Oh’No! Lulu nos propusimos eso: nada de contraseñas para entrar al bar ni de ningún tipo de dress code. La idea es que te sientas cómodo, que te sumerjas en un buen clima. Que la pases bien tomando un trago de muy buena calidad acompañado por un plato súper rico”. Dice Ludovico. Amén.

Placer a la carta
Hay 12 cocktails en la carta (seis con base de ron, el destilado omnipresente en esta coctelería). Algunos, muy lookeados, servidos en mugs de cerámica con sombrillitas y sorbetes. De todos, elegimos el Flamenco –Bombay Saphire, Tío Pepe, Orgeat, Absenta, naranja, limón–; el Hemingway Special Bacardí carta blanca, maraschino, lima, pomelo y el Zombie, con mezcla de rones, falernum, canela, lima, pomelo y Angostura. Cocktails frutales, especiados e intensos pero, lejos de saturar el paladar, invitan a seguir tomando. Y a comer.
Aquí no hay servicio a la mesa (se pide y se busca en la barra según el número de orden asignado). Comida y bebida mantienen una excelente calidad precio: los cócteles cuestan $220 y los platos rondan los $200.
La lista de platos tienta y no defrauda. Como ejemplos bastanlos langostinos y noodles con miel de chiles; los bowls con carne, langostinos y maní; un cebollón abierto como flor, enharinado y frito y servido con salsa Lulu, que se come con la mano.
Para compartir, lo mejor es el Pupa Platter (comen 2, pican varios). Este tradicional plato hawaiano incluye algunas de las opciones más ricas de la carta. Desde alitas de pollo en doble cocción, glaseadas en azúcar rubia con lima, sésamo y cilantro; spring rolls; pechito laqueado marinado en soja, miel y jengibre; croquetas de langostinos; hasta coleslaw polinesio, con repollos, zanahoria, cebolla, maíz ahumado, cilantro y chili con salsa coleslaw y Dijon.
El hit goloso es la banoffee pie–masa de galletitas, mucho dulce de leche, banana, crema y chocolate rallado, postre bomba servido en un recipiente con forma de banana. Un casi final de fiesta. Y después, otra ronda de cocktails, claro.
Oh’No!Lulu propone un modo de escape placentero. Se trata de comer, beber y escuchar buena música en atmósfera tropical y sin tener que viajar. El lugar es un viaje en sí mismo.
El auge del tiki comenzó en los bares y la gastronomía, llegó a la TV con “La Isla de Gilligan y a la música (Les Baxter).
Datos útiles
Oh’No! Lulu | Tiki Bar & Pupu Platter
Aráoz 1019 (entre Lerma y Av. Córdoba).
Martes a domingo desde las 17. (no se toman reservas). La cocina funciona hasta la medianoche.
Happy hour de cervezas entre las 17 y 20.