

Para el paseante, lo mejor es que todo queda cerca. Y que tiene planes para todos los gustos: la ciudad trajeada en el sector céntrico, unos pasos hacia la costa se calza el mate y las ojotas. A la caída del sol hay mucha noche y los fines de semana explotan las cervecerías, los bares de playa y los veleros.
Publicado por Inés Tenewicki | Nov 20, 2021 | Recorridas |
l Paraná brilla al costado este de Rosario y la acompaña como un brazo protector. Esa intimidad con el río la define: portuaria y ribereña, su vida gira en torno al agua y su vaivén.
Otra forma de entenderla es su rol en la historia, como cuenta el Monumento donde se izó por primera vez la enseña que Belgrano nos legó. Se la puede abordar también por sus playas, los contrastes de su arquitectura, sus murales gigantes, su gastronomía de río, su fútbol fanático, sus artistas.
Y por algunos records sorprendentes: es la ciudad argentina con más espacios verdes por habitante, más calesitas, más heladerías artesanales (150!) y el monumento a la bandera más grande del mundo.
Su patrimonio cultural suma al Carlito -un tostado adobado con manteca y ketchup- a Inodoro Pereyra y al Amargo Obrero. Tiene la mesa de los galanes, en el inmortal bar El Cairo, y sus próceres contemporáneos: el Che Guevara, Leonel Messi, Antonio Berni, Roberto Fontanarrosa son sólo algunos. Alberto Olmedo, Fito Páez y toda la trova rosarina se incorporan a la lista de talentos allí acunados.
Un programa que crece y Rosario reivindica entre sus fuertes es la gastronomía. Al afamado circuito bohemio-cool del barrio Pichincha con sus boliches y bodegones, a la familiar avenida Pellegrini donde reina el Carlito, al de la Costanera y Parque España con sus clubs náuticos y restós frente al río, se suma ahora el exclusivo barrio ribereño de Puerto Norte. Allí, la reciente inauguración de Delta, es la noticia gastronómica del momento.
La siguiente guía adeuda para una próxima entrega la ruta del helado artesanal, las hamburgueserías, cervecerías y coctelerías, los mercados a cielo abierto y las novedades de Fisherton. Habrá segunda parte.
Bodegones y clásicos
#1 | Comedor Balcarce
El top rosarino de la gastronomía popular. Desde el año 1961 está bajo el mando de la familia Santarelli, que hace tres generaciones se dedica a la comida casera. Tiene platos de bodegón hechos a mano, como el pollo a la portuguesa, minutas como la milanesa especial Balcarce (gratinada con morrón, huevo y papas rejilla) y las impecables albóndigas con salsa, los estofados y las pastas caseras. Se destaca por la calidad y cantidad de la comida, y la buena relación con los precios. Hay platos que muchos comensales buscan especialmente allí, como el bife de hígado encebollado, el guiso de mondongo o la lengua a la cacerola. Hay que ir.
• Brown 2093. @comedorbalcarce
#2 | Escauriza
Clásico de clásicos ubicado frente a “La Florida”, el primer balneario de Rosario. Es el elegido por turistas y locales a la hora de comer pescados de río despinados como surubí, boga, pacú o maguruyú. Conocido como “la mejor postal de Rosario” por la fantástica terraza frente al río, donde se degustan también pescados de mar y pastas caseras de pescado, aunque la carta incluye cocina de todo tipo.
El hallazgo fue la “boga toro Escauriza”, gigante, preparada a la parrilla y adobada tipo pizza, con salsa criolla, parmesano y roquefort. Alcanza para tres. Otro hit es la milanesa de surubí rellena con jamón, queso y morrones, sin desmerecer a las empanadas de río y las pastas de pescado.
Para la próxima visita agendamos los sorrentinos negros de salmón rosado con crema azafranada al verdeo, y los sorrentinos de surubí con salsa roja.
• Escauriza 3612. @escaurizaparrilla
#3 | Bajada España
Restaurante típico de club náutico –muy rosarino- donde lo distintivo es el pescado de río a la parrilla y la vista al Paraná. Es una escala obligada, como lo muestran las cientos de dedicatorias de visitantes ilustres y de a pie. Allí dejaron su firma Fito, Charly, Soledad Villamil, el Pepe Mujica, Ignacio Montoya Carlotto, Caloi, Gustavo Ceratti, obviamente Fontanarrosa y tantos más. Su lema es: “El mejor pescado en un lugar histórico”, en referencia a sus 20 años de tradición. Un infalible: el menú de boga a la parrilla para dos, que viene precedido por 2 empanadas y 2 croquetas de pescado, ensalada verde y papas fritas. Riquísimo y rendidor. Según la pesca del día, la promo puede ser de pacú o surubí. También se asan carnes rojas pero la verdad está en el fruto del río. Los precios están muy bien.
• España y el río. @bajadaespana_restaurant
#4 | El Popular de Pichincha
Los chicos rosarinos de @somoscomiendo nos sugirieron no dejar de ir a “el popu” ni bien supieron que pasábamos por Rosario. Nos gustó la decoración vintage y la atmósfera de las luces metidas entre las botellas, que iluminan con un toque escenográfico. “Rico y abundante para todo público”, se define este bodegón estilo pulpería atendido por sus dueños, donde prima el ambiente familiar y que ofrece de verdad una comida rica, casera, tradicional y generosa. Para recomendar: unos raviolones de verdura y carne con salsa de cherries y perfume de pesto, y una sencilla pero muy tierna y apetitosa carne al horno con verduras asadas. Vimos pasar con nostalgia una lasagna de la abuela, un pechito de cerdo laqueado con barbacoa y unas sartenes de cerdo agridulce que tientan a volver. Precios muy correctos teniendo en cuenta la cantidad, calidad y el buen humor de los mozos y encargados.
• Salta 2999. @elpopularpichincha
#5 | La Marina
Un auténtico comedor de puerto ubicado en un subsuelo, de origen asturiano, para explorar los sabores de río y mar de toda España. Fue fundado hace más de medio siglo por inmigrantes de Asturias que se establecieron en Rosario e iniciaron este emprendimiento familiar. Ubicado cerca del Monumento a la Bandera, desde 1970 hacen sobre todo platos típicos del norte de España como el besugo a la vasca y la fabada asturiana. Probamos una merluza en escabeche, sabrosa, unos tallarines mariscados y la muy valenciana paella. Es el lugar indicado para encontrar una genuina empanada gallega, un mondongo (obviamente a la española) y el abadejo a la vizcaína, bien preparados y figuritas difíciles en otros lugares.
• Primero de Mayo 890. @restaurantlamarina.rosario
De cocina contemporánea
#1 | Negre
En pleno barrio Pichincha, este restaurante novedoso se especializa en carnes ahumadas hechas en cocción lenta. Más propuesta de vinos acotada pero exclusiva.
Como abreboca, aquí ofrecen focaccia, pickles de ananá, hinojo confitado y espuma de lima y arvejas. De entrada, la molleja ahumada sobre compota de naranja y echalote es un homenaje a las texturas: la suavidad de la molleja contrasta con un praliné de trigo sarraceno y naranja con espinacas salteadas. Y si la idea es seguir con las achuras, se recomiendan los chinchus de cordero crocantes, con chimichurri ahumado y cítrico. Fernando Santarelli, dueño también del Comedor Balcarce, explica orgulloso el concepto gastronómico del lugar: “Usamos materia prima de estación, que traemos de un campo cercano. Ofrecemos productos populares con una vuelta gourmet”. No lo deja mentir la carrillera con crema de cacao y hongos, tierna y perfumada. La probamos junto a un cordero en croûte de hierbas y milhojas de batata, que sorprende el paladar gracias a su proceso de ahumado y a las artes del chef Nicolás San Filippo.
A los postres llegó un habano de chocolate ahumado con corazón de chocolate amargo y mousse de café, crocante de copos de maíz y más chocolate. Se sirve, en plan bon vivant, con medida de whisky.
• Italia 102. @negrerestaurante
#2 | Refinería
Hace unas cuantas décadas, en esa esquina escondida del norte rosarino se refinaba azúcar, de ahí el nombre del barrio y de este restaurante que muchos consideran el mejor de Rosario. Pero fue una pulpería del siglo XIX la que transfirió a esta esquina el encanto de los tiempos. Allí, fuera de los circuitos gastronómicos más concurridos, los hermanos Carlos y Miguel Avalle armaron una mise-en-scene que es en sí misma una experiencia para disfrutar: luces bajas, telones teatrales, muñecos de cera, piano, parrilla a la vista. Y donde se encuentra uno con una cocina creativa que le da el toque de autor a las tradicionales carnes a la parrilla y en la que se destacan los productos regionales y de temporada. El menú suma a las carnes rojas vernáculas algunos platos de pescados preparados con una vuelta de rosca, ya que el chef pone en foco los frutos del Paraná.
Probamos unas empanadas de carne muy criollas que estaban excelentes, una provoleta ahumada con rúcula y cherries confitados y una tira ancha asada con sabiduría, a juzgar por la terneza y el sabor. El menú de esta primavera sorprende con el corazón de alcaucil con crema ácida y panceta ahumada, los espárragos y holandesa, el tiradito de lenguado con cremoso de palta y la variedad de pimientos quemados y almendras, dentro de sus estacionales más emblemáticos.
• Rawson 443. @refineriarestaurant
#3 | Delta Gastrococtelería del Litoral
Quedó pendiente la visita pero hay que decirlo: hace pocos días se inauguró Delta, el restaurante en el último piso del hotel Puerto Norte Design –abierto en 2015 y que muchos consideran la joya arquitectónica de la ciudad–. El proyecto Delta, noticia bomba de la gastronomía rosarina, promete tonificar los paladares y alentar el turismo local. Los dueños adelantaron que –inspirados en las increíbles vistas del estuario del Paraná desde su último piso- la cocina estará basada en las típicas de los deltas del mundo: «La idea es hacer algo que no se está haciendo en Rosario, traer la cultura del río con diferentes técnicas de cocción y las cocinas de los diferentes deltas del mundo con producto local».
Para llevar a buen puerto esta propuesta, se unió un grupo de gastronómicos y de socios rosarinos. Otro imán para volver a Rosario.
• Hotel Puerto Norte, Luis Cándido Carballo 148. @delta_gastrococteleria