Máximo Togni tenía el berretín de lograr en Buenos Aires un pancho igualito al que solía comer en las calles de Nueva York. Allí había vivido durante 8 años y estudiado con el famoso charcutier Michael Ruhlman los mandamientos de los embutidos de calidad, los secretos del clásico hot dog americano y de la salchicha kielbasa, de origen polaco. 

Leer más