
Nació protegido por los Andes y se convirtió en ciudadano del mundo, en el producto estrella de tantos platos populares de aquí, de allá y de todas partes. Pero no sólo es rico. También es un potente antioxidante. Sin tomate, la cocina actual sería menos saludable y mucho más aburrida. Aprovechemos para comerlo ahora. En verano da lo mejor de sí.
El que conocimos cuando éramos chicos quedó perdido en el tiempo dorado de la infancia. Las nuevas generaciones no llegaron ni a eso. Desconocen su verdadero sabor. Hoy comemos tomates como de cartón. Piel dura y corazón seco. Cero gusto a tomate. En La Plata, algunos productores de La Anunciación cultivan sin agroquímicos ni malas artes los reliquia, corazón de buey, cherry oro. Tomates parecidos a sí mismos que no se eternizan en cámaras frigoríficas. Toda una esperanza.