Un libro que nació en cuarentena y compila 100 recetas simples, las que el cocinero Fernando Trocca preparaba en su casa durante el 2020 y que luego compartía en las redes. Editó Planeta.

l título es literal. Este libro empezó un sábado de marzo de 2020, en el arranque de la cuarentena, cuando quedarse en casa era lo que tocaba y cocinar era la consigna pandémica. Ese sábado de un año que no se pareció a ningún otro, Trocca abrió la heladera y encontró un pollo que había hecho el día anterior y con eso y unos pocos vegetales decidió preparar una ensalada. Una comida. Simple y sin estridencias.

Ya era mediodía, pero todavía estaba en pijama y, así y todo, se le ocurrió grabarse y subir el video a Instagram TV, sin ninguna expectativa de nada, solo para compartirlo. Enseguida le llovieron mensajes de lectores agradecidos. La cocina de entrecasa le había permitido tejer –como a tantos otros y otras– un vínculo nuevo con sus seguidores.

Desde ese momento, Trocca no solamente abrió cada semana las puertas de su heladera y de su alacena para cocinar con lo que tenía a mano, sino también un diálogo con las personas que estaban del otro lado de las redes. Los y las que pasaban incertidumbre y angustia, y encontraban en los fuegos un refugio.

Fernando Trocca reparte su tiempo entre los restaurantes Sucre (en julio de 2021 desembarcó en Londres con Sucre London), Orilla, Orilla Miami. Y en verano se escapa a Mostrador Santa Teresita, cerca del mar, en José Ignacio, Uruguay.

Con el tiempo armó una rutina que fue creciendo, alimentándose con los comentarios de sus seguidores. Comenzó a compartir información acerca de dónde comprar los alimentos con los que cocinaba. Qué verduras elegir en cada temporada. Dónde conseguir huevos de campo. Dónde comprar el pescado más fresco. Los vinagres y los panes más ricos. En qué lugar encontrar cuchillos o cerámica.

Fernando mostró que es posible comer bien y sabroso sin sofisticaciones. Y generó una empatía que se convirtió en 320 páginas que recorren ingredientes, tips y platos retratados por el fotógrafo Eugenio Mazzinghi, e ilustraciones y arte a cargo de Claudia Mazzucchelli y Nessy Cohen. También incluye una play list que reúne parte de la música favorita de Trocca.

“La idea es invitarlos a cocinar. Proponerles que se adueñen de sus cocinas. Que puedan armar los menús que les gusten y preparen platos para uno o para muchos. Que se larguen, que improvisen que inventen y que disfruten de la comida casera. Así que Trocca en casa no es un libro para poner en la biblioteca o en la mesita de café. Es un libro para ensuciar, para manchar, para marcar. Para tenerlo cerca de la cocina, donde pasa todo”, dice el cocinero.

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