El Día Mundial del Whisky se celebra cada tercer sábado de mayo. Aprovechamos esa oportunidad para conversar con Ciaran Gaffney, Embajador de la irlandesa Jameson en Argentina, sobre los orígenes e historia de la bebida emblemática de su país.

Aunque el escocés -el famoso scotch- es el más nombrado en el mundo, Irlanda también suma una importante tradición de elaboración y producción de whiskey de calidad.

Fue en estos dos países, Irlanda y Escocia –disputas históricas aparte– donde surgieron los primeros whiskies y también las diferencias entre ambos. Una de ellas es ortográfica –en escocés se escribe whisky y en irlandés whiskey–, pero ya identifica las distintas procedencias. Hay diferencias de mayor peso: los de Escocia se suelen destilar dos veces; los irlandeses se someten a un triple proceso de destilación. El resultado es una bebida más pura y de sabor más amigable. El último punto en este juego de las diferencias: el scotch adquiere un aroma ahumado, ya que la malta se seca en hornos abiertos, en cambio, en Irlanda, el secado se produce en hornos cerrados. Otro sabor.

Jameson es un blend irlandés que se produjo por primera vez en 1780. Actualmente se destila en Cork, aunque la mezcla sigue haciéndose como en sus inicios, en Dublín. Las ventas anuales superan los 22 millones de botellas: Jameson es el irlandés más vendido del mundo.

Jameson refleja la cultura y el espíritu irlandés. En Saint Patricks, cada año trabajamos en conjunto con artistas para producir una botella de edición limitada. La etiqueta de este año se basa en la unidad, representada por el águila, y por la figura de tres miembros de la Fianna, guerreros que de la mitología irlandesa que luchaban por el país.

El whiskey irlandés ha sido exitoso desde hace años, cuenta Gaffney, y hace un poco de historia: En el siglo XVIII y XIX, ocupaba el 60% del mercado mundial, es decir que la mayoría de la gente que lo consumía a nivel global, elegía uno de origen irlandés. En ese momento había muchas destilerías en Irlanda, sobre todo en la ciudad de Dublín. Al principio del siglo XX, el whiskey irlandés disminuyó su incidencia mundial del 60% al 5%. Este fenómeno tomó el nombre de La Gran Caída del Whiskey Irlandés, y se debió principalmente a la Ley Seca (1919 a 1933), a la primera y segunda Guerra Mundial y la Guerra de Independencia contra Gran Bretaña (1919/1921).
En la década del 60, solo quedaba en su país un reducido número de destilerías, de las 150 que llegaron a haber en Irlanda.

Hoy en día nos encontramos en pleno corazón del renacimiento del whiskey irlandés que es considerada la bebida alcohólica con crecimiento más rápido, y Jameson fue siempre el número uno desde su fundación.

¿ Cómo se produce
el whiskey Jameson?

  1. Un whiskey irlandés tiene tres ingredientes: agua, Levadura y Cereales. El de Jameson es un blend (un blend/mezcla que tiene por lo menos dos tipos de cereales: cebada y maíz). Además, incluye dos tipos de cebada malteada –se remoja y germina para que libere azúcares y almidones. Después se frena la germinación en un kiln (especie de horno).
  2. Se mezcla la cebada malteada y la cebada sin maltear –que le da un sabor especiado al whiskey y una textura cremosa– en un molino, se lo tritura en una molienda, y de allí pasa por la máquina de macerado. Se agrega agua caliente para sacar los almidones y los azúcares en una forma acuosa, que posteriormente se filtra en la máquina de macerado. Esta agua azucarada se envía a los toneles de fermentación donde se le agrega la levadura.
  3. La levadura interactúa con los azúcares, creando alcohol. Una preparación fermentable de 8% de alcohol que en realidad, es como una cerveza sin lúpulo.
  4. La preparación fermentable se destila en alambiques de cobre tres veces. La triple destilación consta de la separación de alcohol y agua de las impurezas. El alcohol se hierve a 78.3 ºC y el agua a 100. A esa temperatura la preparación fermentada empieza a evaporarse y los vapores suben al cuello, entran en el condensador del alambique y bajan al receptor de destilado. Después se pasa al segundo alambique, siguiendo el mismo proceso, pero seleccionando el corazón del destilado que va directo al tercer alambique. Así se logra un destilado transparente al que se le agrega agua destilada para bajar la graduación alcohólica. Finalmente se guarda en barricas de añejamiento.

Y acota Gaffney: también, hacemos nuestro whiskey de grano, que tiene maíz y malteada. Es triple destilado también pero pasa por una columna en lugar de pasar por alambiques de cobre. El siguiente paso es el paso por barricas. El whiskey de grano va a barricas de Bourbon. Y el whiskey pot still –que tiene malteada y cebada sin maltear– a barricas de Bourbon y de jerez.

Presente en el cine, en la literatura, en las leyendas, esta bebida dorada, elaborada a partir del grano de cebada, suele tomarse pura, con hielo, con un chorrito de agua fresca, alternándola con sorbos de agua, como parte de un trago o como cada uno quiera. Algunos se animan a decir que siempre se trata de una experiencia distinta, o de un acto de placer sensual, que depende del clima, de la compañía y del ánimo.